Me comprometo a Ser Mujer

Mujeres: La “diosa” que sostiene el principio femenino que habitamos nos recuerda a cada instante reconocernos en el espejo de la luna, sus ciclos vitales, que gobierna las mareas de nuestro cuerpo y de nuestra psiquis.

Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.

Aceptar en un cálido abrazo nuestra naturaleza lunar es un acto de conciencia y es, sin lugar a dudas, muestra brújula y protección durante el camino.

Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.

La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.

Honrando la energía femenina

domenica 9 dicembre 2012

Un inolvidable encuentro con la gente de Córdoba ... Gracias a todas....


El foso tiene un significado simbólico similar al del Éstige, el río venenoso en el que las almas de los muertos eran trasladadas desde la tierra de los vivos al país de los muertos. El río no era venenoso para los muertos sino tan sólo para los vivos. Hay que guardarse por tanto de la sensación de descanso y cumplimiento que puede inducir a los seres humanos a pensar que una obra espiritual o la conclusión de un ciclo espiritual es un punto en el que uno se puede detener y dormir para siempre en sus laureles.
El foso es un lugar de descanso para los muertos, un cumplimiento al que se llega al término de la vida, pero la mujer viva no puede permanecer mucho tiempo cerca de él, pues se podría adormilar en los ciclos que configuran el alma.

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