Psicología Transpersonal - Me comprometo a ser mujer- Lic. Annamaria Saracco
He decidido crear un espacio para que toda mujer se aventure y descienda hacia el encuentro y despertar de una nueva conciencia femenina.
Me comprometo a Ser Mujer
Mujeres: La “diosa” que sostiene el principio femenino que habitamos nos recuerda a cada instante reconocernos en el espejo de la luna, sus ciclos vitales, que gobierna las mareas de nuestro cuerpo y de nuestra psiquis.
Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.
Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.
La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.
Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.
Aceptar en un cálido abrazo nuestra naturaleza lunar es un acto de conciencia y es, sin lugar a dudas, muestra brújula y protección durante el camino.
Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.
La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.
Honrando la energía femenina
giovedì 22 novembre 2018
I maghi della pioggia- Clarissa P. Estés (castellano)
Simona Arian Cordara Tradución
No busques a la Gran Madre en las
tradiciones que se refieren a los antiguos mitos e historias de héroes.
No la busques en templos
deteriorados y en lugares que los hombres han manchado de sangre.
Ya no está allí desde largo tiempo.
Búscala en la tierra, en el océano,
en la profundidad del espacio, en los bosques y cavernas.
Búscala en un baile salvaje, en un
pozo interminable, entre astas de reno y plumas de búho.
Búscala en el graznido del cuervo,
en el aullido del lobo, en el rugido del ciervo y en el silbido de la
serpiente.
Búscala en la parte más oculta de
tu corazón, donde aún brilla la chispa del recuerdo de tiempos lejanos.
Deja salir esa pequeña luz.
Permitele que se reuna con millones
de otras chispas de cada rincon del
mundo y del tiempo.
Una nueva era de la Gran Madre está
a las puertas. No es un regreso Más bien una visión acorde con este tiempo.
mercoledì 21 novembre 2018
domenica 11 novembre 2018
sabato 28 luglio 2018
Nuestras memorias
Los mares de la psiquis conservan la sabiduría ancestral de la Gran Madre. El camino espiritual de toda mujer es emerger de la cotidianidad y bucear en la profundidad del océano vital.
Nuestras vivencias acurrucadas en el corazón de la vida son nuestras memorias del alma.
Cual rito iniciático, que despabila y sacude toda somnolencia, ellas despiertan para recordarnos que sostienen cada inicio en el campo de la conciencia.
Cual rito iniciático, que despabila y sacude toda somnolencia, ellas despiertan para recordarnos que sostienen cada inicio en el campo de la conciencia.
El sistema de valores, regido por el poderío racional, afectó el acercamiento a lo sagrado y al mundo de significados.
En los dominios profundos del alma no hay información sino conocimiento. Las memorias que moran en la vastedad del psiquismo no responden a la capacidad de recordar de la mente.
Su voz se recibe cuando los pensamientos se aletargan y toda nueva experiencia nos lleva más allá de los confines admitidos por la razón.
Las aguas sagradas del alma conservan y custodian los tesoros adquiridos en nuestro recorrido álmico.
El conocimiento profundo es libre de interferencias, de pautas externas, de análisis especulativo. Los aspectos críticos, punitivos y condenatorios, no tienen espacio ni validez.
Por ello cada experiencia vital es fuente de conocimiento. Trasciende el plano mental y los límites de la cotidianidad .El germen de la verdad habita en su esencia.
mercoledì 18 luglio 2018
Connie Zweig
Necesitamos contactar con ella, como dice Woodman, "porque el poder que dirige al patriarcado, el poder que está violando la tierra, el impulso de poder que hay tras las adicciones, ha de ser transformado.
Ha de haber un contrapeso a todo este frenesí, aniquilación, ambición, competición y materialismo".
La paradoja del patriarcado ha llegado a su cumbre: un sentido subdesarrollado del yo junto con una tecnología hiperdesarrollada ha creado la crisis que afrontamos.
Como respuesta, lo femenino ha aparecido en muchas formas: un respeto renovado por la tierra, por las relaciones, por los niños; una irrupción de interés en la sanación, la compasión y el altruismo.
La propia ecología implica acción en el contexto de la relación, un tipo de acción esencialmente femenina.
A medida que el arquetipo de lo femenino consciente se despliega en la conciencia, su arquetipo aliado cambia también.
Tampoco hemos conocido nunca lo masculino consciente. Hemos confundido el principio de poder patriarcal, que controla y altera la naturaleza a toda costa, con lo masculino.
También lo masculino padece un desequilibrio por la pérdida de lo femenino, y también puede renovarse, esclarecerse y renacer en nosotras.
Con su aparición, tenemos una gran oportunidad para hacer alquimia espiritual, para encontrar el misterio del Otro en el matrimonio sagrado.
Mujer sabia
Una mujer sabia que viajaba por las montañas, encontró una piedra preciosa en un arroyo.
Al día siguiente se encontró con otro viajero que estaba hambriento, y la mujer sabia abrió su bolsa para compartir su comida.
El hambriento viajero vi...o la piedra preciosa y le preguntó a la mujer si se la daba. La mujer lo hizo sin dudar.
El viajero partió, alegrándose de su buena fortuna. Él sabía que la piedra valía lo suficiente para darle seguridad por toda la vida.
Pero unos días más tarde volvió a devolverle la piedra a la mujer sabia.
"He estado pensando", dijo, "lo que vale la piedra, pero te la devuelvo con la esperanza de que me puedas dar algo aún más precioso.
Dame lo que tienes dentro de ti que te permitió darme la piedra.
Al día siguiente se encontró con otro viajero que estaba hambriento, y la mujer sabia abrió su bolsa para compartir su comida.
El hambriento viajero vi...o la piedra preciosa y le preguntó a la mujer si se la daba. La mujer lo hizo sin dudar.
El viajero partió, alegrándose de su buena fortuna. Él sabía que la piedra valía lo suficiente para darle seguridad por toda la vida.
Pero unos días más tarde volvió a devolverle la piedra a la mujer sabia.
"He estado pensando", dijo, "lo que vale la piedra, pero te la devuelvo con la esperanza de que me puedas dar algo aún más precioso.
Dame lo que tienes dentro de ti que te permitió darme la piedra.
Anonimo
martedì 17 luglio 2018
Me comprometo a Ser Mujer
Nuestro compromiso
Estamos obligados por un proceso de Conciencia a descender y a enfrentar nuestra Sombra. Es en los territorios del mundo subterráneo donde nos encontramos al desnudo con un Yo despojado de toda ignorancia y falsas imágenes reasegurantes.
Necesitamos descender periódicamente para ascender con menos soberbia y mayor autenticidad.
Estamos obligados por un proceso de Conciencia a descender y a enfrentar nuestra Sombra. Es en los territorios del mundo subterráneo donde nos encontramos al desnudo con un Yo despojado de toda ignorancia y falsas imágenes reasegurantes.
Necesitamos descender periódicamente para ascender con menos soberbia y mayor autenticidad.
Nancy Qualis-Corbett
Durante el milenio en que existió prostitución sagrada, las culturas estaban construidas en un sistema matriarcal. El matriarcado no significa, simplemente que las mujeres reemplazaban a los hombres en posiciones de autoridad; sino que también los valores adquirían un enfoque diferente.
El matriarcado se relacionaba con la autoridad cultural como opuesto al poder político, enfatizado a su vez por el patriarcado.
En los antiguos matriarcados la naturaleza y la fertilidad constituían el corazón de la existencia. La gente vivía muy cerca de la naturaleza, por consiguiente sus Dioses y sus Diosas eran divinidades naturales. Ellas guiaban el destino al proveerles o negarles la abundancia de la Tierra.
La pasión erótica era inherente a la naturaleza humana. El deseo y la respuesta sexual se experimentaban como un poder regenerador y se reconocían como un regalo o una bendición de la divinidad. La naturaleza sexual del hombre y de la mujer eran inseparables de su actitud religiosa. En sus plegarias de agradecimiento o en sus súplicas ofrecían el acto sexual a la Diosa del amor y de la pasión. Se trataba de una acción honorable, pía, que complacía tanto a los Dioses como a los mortales.
La práctica de la prostitución sagrada envuelta en el interior de este sistema religioso matriarcal hacía que no existiera separación entre la sexualidad y la espiritualidad.
lunedì 16 luglio 2018
Nancy Qualls- Corbett
...Sobre el duelo, la transformación y el crecimiento
El duelo es una manera de integrar conscientemente el hecho de que las circunstancias han cambiado, lo que estaba ya no está y no es posible tener las cosas que una vez tuvimos.
Como un ritual, el duelo asiste a los cambios necesarios para el desarrollo durante toda la vida.
Si uno no ha sacrificado la idealización de la infancia, por ejemplo, y vivido un período de duelo para aceptar esa pérdida, permanece constantemente buscando protección y seguridad, sin estar preparado para el riesgo y el peligro del mundo externo.
Cuando una relación se rompe, uno intenta reemplazar la profunda pena del duelo con fantasías del retorno del compañero, y la vida empieza a estancarse. Incluso si el compañero persiste, las viejas expectativas tienen que sacrificarse si cada individuo quiere desarrollarse psicológicamente. Esto puede acarrear mucho descontento, sacudidas y pena y, otra vez, otro período de duelo.
La muerte y la pérdida al menos tienen un propósito: el de permitir la regeneración en la relación.
Una relación en la que no se entra en el proceso de confrontar viejas asunciones y en la que no se confronta la pena que todo esto conlleva, es una relación que está muerta.
La fuerza de la Diosa recae en la capacidad de entregar lo que es más precioso para asegurar el crecimiento y la regeneración; la transformación sólo puede tener lugar cuando las viejas actitudes y valores crean caminos para las nuevas.
La suya no es una fuerza fría y calculadora, que niegue las emociones; sino que, al contrario, es capaz de sentir las emociones más profundas y esto no restriñe su duelo.
Ëste es quizás el aspecto de la Diosa más dificil de comprender y de integrar ya que va en contra de nuestras enseñanzas culturales.
El aspecto dinámico y activo de la naturaleza femenina que promueve el cambio y la transformación hace balanza con el aspecto estático, el materno que, aunque promueve el crecimiento, es esencialmente protector y conservador.
Ambos son importantes también en el desarrollo psicológico. Los dos tienen que ser conscientemente integrados si una mujer quiere estar abierta a unas posibilidades sanas en unas circunstancias concretas.
Cúando proteger y nutrir? Cúando dejar partir relaciones y actitudes?
Tratar con cuestiones así requiere un intrincado equilibrio.
"La Prostituta Sagrada" .
El duelo es una manera de integrar conscientemente el hecho de que las circunstancias han cambiado, lo que estaba ya no está y no es posible tener las cosas que una vez tuvimos.
Como un ritual, el duelo asiste a los cambios necesarios para el desarrollo durante toda la vida.
Si uno no ha sacrificado la idealización de la infancia, por ejemplo, y vivido un período de duelo para aceptar esa pérdida, permanece constantemente buscando protección y seguridad, sin estar preparado para el riesgo y el peligro del mundo externo.
Cuando una relación se rompe, uno intenta reemplazar la profunda pena del duelo con fantasías del retorno del compañero, y la vida empieza a estancarse. Incluso si el compañero persiste, las viejas expectativas tienen que sacrificarse si cada individuo quiere desarrollarse psicológicamente. Esto puede acarrear mucho descontento, sacudidas y pena y, otra vez, otro período de duelo.
La muerte y la pérdida al menos tienen un propósito: el de permitir la regeneración en la relación.
Una relación en la que no se entra en el proceso de confrontar viejas asunciones y en la que no se confronta la pena que todo esto conlleva, es una relación que está muerta.
La fuerza de la Diosa recae en la capacidad de entregar lo que es más precioso para asegurar el crecimiento y la regeneración; la transformación sólo puede tener lugar cuando las viejas actitudes y valores crean caminos para las nuevas.
La suya no es una fuerza fría y calculadora, que niegue las emociones; sino que, al contrario, es capaz de sentir las emociones más profundas y esto no restriñe su duelo.
Ëste es quizás el aspecto de la Diosa más dificil de comprender y de integrar ya que va en contra de nuestras enseñanzas culturales.
El aspecto dinámico y activo de la naturaleza femenina que promueve el cambio y la transformación hace balanza con el aspecto estático, el materno que, aunque promueve el crecimiento, es esencialmente protector y conservador.
Ambos son importantes también en el desarrollo psicológico. Los dos tienen que ser conscientemente integrados si una mujer quiere estar abierta a unas posibilidades sanas en unas circunstancias concretas.
Cúando proteger y nutrir? Cúando dejar partir relaciones y actitudes?
Tratar con cuestiones así requiere un intrincado equilibrio.
"La Prostituta Sagrada" .
giovedì 21 giugno 2018
La Doncella de Cristal
Un nuevo comienzo siempre viene acompañado de una invitación que encarna la promesa de una transformación.
Seguramente te sorprendas por la sincronía que adopta la vida para señalizar un giro en el camino ... una mágica sincronicidad entre los hechos externos y una sensación interna que ansía dar ese próximo paso hacia una frontera aún no explorada, y en lo secreto del corazón, soñada.
Nosotras mujeres sabemos cuando nuestra piel se reseca cuando no la nutrimos de sueños, de anhelos creativos, de magia, de sorpresas, de aventuras ... de aguas de vida ... Sabemos que una herida , aquel femenino lastimado y todavía no del todo recuperado, se abre en esas grietas de piel marchita.
Los tiempos donde la diosa reinaba en la conciencia de las mujeres han quedado muy atrás . Los templos de perfumes embriagadores, velos transparentes, música encantada, solo permanecen en los cofres del alma que conserva intactas esas experiencias .
... y finalmente como un punto de luz ese recuerdo encendió mi hoguera y de sus enormes llamas surgió la desafiante diosa oscura que, abriéndose paso entre la espesura del fuego purificador, creó el caos transformativo. La Diosa había sido llamada por mi alma y apoderándose de mis complacencias reactualizó mi iniciación allí donde yo la recordaba : "En el Templo Sagardo de la Gran Madre."
Esa fue su invitación ... seguirla era el camino que estaba destinada a recorrer de su mano.
"Me comprometo a Ser Mujer" es el destino de toda iniciada. Cuando experimentamos estos momentos sagrados necesariamente nos disponemos a una peregrinación a esos rincones espirituales de nuestra propia psiquis donde nos espera el reencuentro con La Diosa Madre.
El viaje peregrino garantiza una transformación aunque no podemos todavía saber cómo se plasmarán las huellas de esta experiencia iniciática. Tendremos todavía que asimilarla e integrarla a nuestra Conciencia. Pero la promesa de la Diosa es el regalo de un potencial sanador y de sentido del ser femenino encarnado.
Después de su Abrazo materno nos encaminaremos al encuentro del "extranjero" que quiera iniciarse en los misterios de la femineidad y seremos nosotras las sacerdotisas que facilitarán su iniciación en un encuentro de Amor vivo y sincero.
El retorno de la diosa - Edward C. Whitmont
El ego patriarcal aborrece el cambio y la rendición. Desea que persistan la vida y la conciencia en una perpetuidad inalterada e inalterable. Por eso teme cualquier amenaza a su continuidad. Sin embargo siente deseos,y hasta impulsos,de reprimir y destruir lo que se interpone en el camino de su anhelo y su seguridad. El ego patriarcal desea la vida pero crea la muerte y ese mismo mal que teme y niega.
Consideramos malo lo que tememos. Tememos la violencia porque hemos llegado a creer que la vida ha de ser algo ordenado, racional, pacífico y perpetuo. Tememos el cambio porque nuestro sentido de la identidad personal en el tiempo y en el espacio se apoya en la ilusión de uniformidad, de estabilidad psíquica y de permanencia.
Jung decía: "Nada provoca tanto pánico en los primitivos como lo que se aparta de lo ordinario; se sospecha en seguida que es algo peligroso y hostil. Al hombre civilizado le sucede lo mismo".
El cambio es una amenaza a nuestro estado actual de conciencia y a nuestro sentido de la identidad habitual.Por eso tememos a la muerte, el cambio definitivo, y la consideramos el mayor de los males.Dionisio, el dios sombrío del cambio, representa esa amenaza. Hubo que expulsarlo en nombre del Dios que es Yo soy, el Dios que separó el mal del bien, lo superior de lo inferior. Se perdió con ello la unicidad paradisíaca. Este tema recorre, de un modo u otro, todas las mitologías patriarcales.
Se escindió y rechazó así el abismo creador del suelo maternal, lo femenino o yin. El impulso violento y extático que lleva a la muerte y a la destrucción que es parte tan importante del principio yin se negó y se reprimió. El suelo abismal y origen del ser se considera sagrado, peligroso y abrumador, el todo-en-uno. Su atractivo hace que se desee apasionadamente, pero también se le teme porque para la identidad individual, que aflora gradualmente, es un caos terrible. Por eso se necesitaban el tabú y la represión para impedir una fusión regresiva y asegurar el orden y la racionalidad.
Nuestra conciencia racional y un orden social aparentemente viable de respeto a los derechos individuales se han edificado sobre este rechazo de la Madre Oscura y de la violencia dionisíaca.
En consecuencia, nuestros criterios y nuestra relación con la existencia se han deformado y se han hecho absurdos e irreales.
Cómo y por qué han sido reprimidos lo femenino y lo dionisíaco? Cómo pueden restaurarse? Con qué rituales se podría transformar la violencia y convertirla en afirmación agresiva y en conexión personal? ...
Consideramos malo lo que tememos. Tememos la violencia porque hemos llegado a creer que la vida ha de ser algo ordenado, racional, pacífico y perpetuo. Tememos el cambio porque nuestro sentido de la identidad personal en el tiempo y en el espacio se apoya en la ilusión de uniformidad, de estabilidad psíquica y de permanencia.
Jung decía: "Nada provoca tanto pánico en los primitivos como lo que se aparta de lo ordinario; se sospecha en seguida que es algo peligroso y hostil. Al hombre civilizado le sucede lo mismo".
El cambio es una amenaza a nuestro estado actual de conciencia y a nuestro sentido de la identidad habitual.Por eso tememos a la muerte, el cambio definitivo, y la consideramos el mayor de los males.Dionisio, el dios sombrío del cambio, representa esa amenaza. Hubo que expulsarlo en nombre del Dios que es Yo soy, el Dios que separó el mal del bien, lo superior de lo inferior. Se perdió con ello la unicidad paradisíaca. Este tema recorre, de un modo u otro, todas las mitologías patriarcales.
Se escindió y rechazó así el abismo creador del suelo maternal, lo femenino o yin. El impulso violento y extático que lleva a la muerte y a la destrucción que es parte tan importante del principio yin se negó y se reprimió. El suelo abismal y origen del ser se considera sagrado, peligroso y abrumador, el todo-en-uno. Su atractivo hace que se desee apasionadamente, pero también se le teme porque para la identidad individual, que aflora gradualmente, es un caos terrible. Por eso se necesitaban el tabú y la represión para impedir una fusión regresiva y asegurar el orden y la racionalidad.
Nuestra conciencia racional y un orden social aparentemente viable de respeto a los derechos individuales se han edificado sobre este rechazo de la Madre Oscura y de la violencia dionisíaca.
... El que no sepamos relacionarnos con el aspecto daimónico y transpersonal de la agresividad, tiende a aumentar su demonización.
... La Gran Diosa y su consorte fálico Dionisio representaban un alma del mundo y de su poder intrínseco de destrucción y renovación. Representaban una continuidad de vida y existencia en que nacimiento, amor, agresividad, violencia, destrucción y renacimiento eran como latidos. Hemos perdido de vista este aspecto de la realidad.En consecuencia, nuestros criterios y nuestra relación con la existencia se han deformado y se han hecho absurdos e irreales.
Cómo y por qué han sido reprimidos lo femenino y lo dionisíaco? Cómo pueden restaurarse? Con qué rituales se podría transformar la violencia y convertirla en afirmación agresiva y en conexión personal? ...
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