Necesitamos contactar con ella, como dice Woodman, "porque el poder que dirige al patriarcado, el poder que está violando la tierra, el impulso de poder que hay tras las adicciones, ha de ser transformado.
Ha de haber un contrapeso a todo este frenesí, aniquilación, ambición, competición y materialismo".
La paradoja del patriarcado ha llegado a su cumbre: un sentido subdesarrollado del yo junto con una tecnología hiperdesarrollada ha creado la crisis que afrontamos.
Como respuesta, lo femenino ha aparecido en muchas formas: un respeto renovado por la tierra, por las relaciones, por los niños; una irrupción de interés en la sanación, la compasión y el altruismo.
La propia ecología implica acción en el contexto de la relación, un tipo de acción esencialmente femenina.
A medida que el arquetipo de lo femenino consciente se despliega en la conciencia, su arquetipo aliado cambia también.
Tampoco hemos conocido nunca lo masculino consciente. Hemos confundido el principio de poder patriarcal, que controla y altera la naturaleza a toda costa, con lo masculino.
También lo masculino padece un desequilibrio por la pérdida de lo femenino, y también puede renovarse, esclarecerse y renacer en nosotras.
Con su aparición, tenemos una gran oportunidad para hacer alquimia espiritual, para encontrar el misterio del Otro en el matrimonio sagrado.
Nessun commento:
Posta un commento