...Sobre el duelo, la transformación y el crecimiento
El duelo es una manera de integrar conscientemente el hecho de que las circunstancias han cambiado, lo que estaba ya no está y no es posible tener las cosas que una vez tuvimos.
Como un ritual, el duelo asiste a los cambios necesarios para el desarrollo durante toda la vida.
Si uno no ha sacrificado la idealización de la infancia, por ejemplo, y vivido un período de duelo para aceptar esa pérdida, permanece constantemente buscando protección y seguridad, sin estar preparado para el riesgo y el peligro del mundo externo.
Cuando una relación se rompe, uno intenta reemplazar la profunda pena del duelo con fantasías del retorno del compañero, y la vida empieza a estancarse. Incluso si el compañero persiste, las viejas expectativas tienen que sacrificarse si cada individuo quiere desarrollarse psicológicamente. Esto puede acarrear mucho descontento, sacudidas y pena y, otra vez, otro período de duelo.
La muerte y la pérdida al menos tienen un propósito: el de permitir la regeneración en la relación.
Una relación en la que no se entra en el proceso de confrontar viejas asunciones y en la que no se confronta la pena que todo esto conlleva, es una relación que está muerta.
La fuerza de la Diosa recae en la capacidad de entregar lo que es más precioso para asegurar el crecimiento y la regeneración; la transformación sólo puede tener lugar cuando las viejas actitudes y valores crean caminos para las nuevas.
La suya no es una fuerza fría y calculadora, que niegue las emociones; sino que, al contrario, es capaz de sentir las emociones más profundas y esto no restriñe su duelo.
Ëste es quizás el aspecto de la Diosa más dificil de comprender y de integrar ya que va en contra de nuestras enseñanzas culturales.
El aspecto dinámico y activo de la naturaleza femenina que promueve el cambio y la transformación hace balanza con el aspecto estático, el materno que, aunque promueve el crecimiento, es esencialmente protector y conservador.
Ambos son importantes también en el desarrollo psicológico. Los dos tienen que ser conscientemente integrados si una mujer quiere estar abierta a unas posibilidades sanas en unas circunstancias concretas.
Cúando proteger y nutrir? Cúando dejar partir relaciones y actitudes?
Tratar con cuestiones así requiere un intrincado equilibrio.
"La Prostituta Sagrada" .
He decidido crear un espacio para que toda mujer se aventure y descienda hacia el encuentro y despertar de una nueva conciencia femenina.
Me comprometo a Ser Mujer
Mujeres: La “diosa” que sostiene el principio femenino que habitamos nos recuerda a cada instante reconocernos en el espejo de la luna, sus ciclos vitales, que gobierna las mareas de nuestro cuerpo y de nuestra psiquis.
Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.
Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.
La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.
Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.
Aceptar en un cálido abrazo nuestra naturaleza lunar es un acto de conciencia y es, sin lugar a dudas, muestra brújula y protección durante el camino.
Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.
La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.
Honrando la energía femenina
lunedì 16 luglio 2018
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