Me comprometo a Ser Mujer

Mujeres: La “diosa” que sostiene el principio femenino que habitamos nos recuerda a cada instante reconocernos en el espejo de la luna, sus ciclos vitales, que gobierna las mareas de nuestro cuerpo y de nuestra psiquis.

Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.

Aceptar en un cálido abrazo nuestra naturaleza lunar es un acto de conciencia y es, sin lugar a dudas, muestra brújula y protección durante el camino.

Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.

La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.

Honrando la energía femenina

sabato 28 luglio 2018

Nuestras memorias

Los mares de la psiquis conservan la sabiduría ancestral de la Gran Madre. El camino espiritual de toda mujer es emerger de la cotidianidad y bucear en la profundidad del océano vital.
     Nuestras vivencias acurrucadas en el corazón de la vida son nuestras memorias del alma.
Cual rito iniciático, que despabila y sacude toda somnolencia, ellas despiertan para recordarnos que  sostienen cada inicio en el campo de la conciencia.

  El sistema de valores, regido por el poderío racional, afectó el acercamiento  a lo sagrado y al  mundo de significados.
      En los dominios profundos del  alma no hay información  sino conocimiento. Las memorias  que moran en la vastedad  del psiquismo  no responden a la capacidad de recordar de la mente.
  Su voz se recibe cuando los pensamientos  se aletargan  y toda nueva experiencia nos lleva más allá de los confines admitidos  por la razón.
     Las aguas sagradas del  alma conservan y custodian los tesoros  adquiridos en  nuestro recorrido álmico.
     El conocimiento profundo es libre de interferencias, de pautas externas, de análisis especulativo.  Los aspectos críticos, punitivos y condenatorios, no tienen  espacio ni validez. 
Por ello cada experiencia vital es fuente de conocimiento. Trasciende el plano mental y los límites de la cotidianidad .El germen de la verdad  habita en su esencia.

mercoledì 18 luglio 2018

Connie Zweig


La analista junguiana Marion Woodman señala que el mundo nunca ha conocido el arquetipo de la mujer madura y consciente.
 Necesitamos contactar con ella, como dice Woodman, "porque el poder que dirige al patriarcado, el poder que está violando la tierra, el impulso de poder que hay tras las adicciones, ha de ser transformado.
Ha de haber un contrapeso a todo este frenesí, aniquilación, ambición, competición y materialismo".

La paradoja del patriarcado ha llegado a su cumbre: un sentido subdesarrollado del yo junto con una tecnología hiperdesarrollada ha creado la crisis que afrontamos.
Como respuesta, lo femenino ha aparecido en muchas formas: un respeto renovado por la tierra, por las relaciones, por los niños; una irrupción de interés en la sanación, la compasión y el altruismo.

La propia ecología implica acción en el contexto de la relación, un tipo de acción esencialmente femenina.

A medida que el arquetipo de lo femenino consciente se despliega en la conciencia, su arquetipo aliado cambia también.
Tampoco hemos conocido nunca lo masculino consciente. Hemos confundido el principio de poder patriarcal, que controla y altera la naturaleza a toda costa, con lo masculino.

También lo masculino padece un desequilibrio por la pérdida de lo femenino, y también puede renovarse, esclarecerse y renacer en nosotras.
Con su aparición, tenemos una gran oportunidad para hacer alquimia espiritual, para encontrar el misterio del Otro en el matrimonio sagrado.

Mujer sabia



Una mujer sabia que viajaba por las montañas, encontró una piedra preciosa en un arroyo.

 Al día siguiente se encontró con otro viajero que estaba hambriento, y la mujer sabia abrió su bolsa para compartir su comida.

 El hambriento viajero vi...o la piedra preciosa y le preguntó a la mujer si se la daba. La mujer lo hizo sin dudar.

 El viajero partió, alegrándose de su buena fortuna. Él sabía que la piedra valía lo suficiente para darle seguridad por toda la vida.


 Pero unos días más tarde volvió a devolverle la piedra a la mujer sabia.


 "He estado pensando", dijo, "lo que vale la piedra, pero te la devuelvo con la esperanza de que me puedas dar algo aún más precioso. 


Dame lo que tienes dentro de ti que te permitió darme la piedra.
 Anonimo

martedì 17 luglio 2018

Me comprometo a Ser Mujer

Nuestro compromiso

Estamos obligados por un proceso de Conciencia a descender y a enfrentar nuestra Sombra. Es en los territorios del mundo subterráneo donde nos encontramos al desnudo con un Yo despojado de toda ignorancia y falsas imágenes reasegurantes. 
Necesitamos descender periódicamente para ascender con menos soberbia y mayor autenticidad.

Nancy Qualis-Corbett

Durante el milenio en que existió prostitución sagrada, las culturas estaban construidas en un sistema matriarcal. El matriarcado no significa, simplemente que las mujeres reemplazaban a los hombres en posiciones de autoridad; sino que también los valores adquirían un enfoque diferente.
El matriarcado se relacionaba con la autoridad cultural como opuesto al poder político, enfatizado a su vez por el patriarcado.
En los antiguos matriarcados la naturaleza y la fertilidad constituían el corazón de la existencia. La gente vivía muy cerca de la naturaleza, por consiguiente sus Dioses y sus Diosas eran divinidades naturales. Ellas guiaban el destino al proveerles o negarles la abundancia de la Tierra.
La pasión erótica era inherente a la naturaleza humana. El deseo y la respuesta sexual se experimentaban como un poder regenerador y se reconocían como un regalo o una bendición de la divinidad. La naturaleza sexual del hombre y de la mujer eran inseparables de su actitud religiosa. En sus plegarias de agradecimiento o en sus súplicas ofrecían el acto sexual a la Diosa del amor y de la pasión. Se trataba de una acción honorable, pía, que complacía tanto a los Dioses como a los mortales.
La práctica de la prostitución sagrada envuelta en el interior de este sistema religioso matriarcal hacía que no existiera separación entre la sexualidad y la espiritualidad.

lunedì 16 luglio 2018

Nancy Qualls- Corbett

...Sobre el duelo, la transformación y el crecimiento


El duelo es una manera de integrar conscientemente el hecho de que las circunstancias han cambiado, lo que estaba ya no está y no es posible tener las cosas que una vez tuvimos.

Como un ritual, el duelo asiste a los cambios necesarios  para el desarrollo durante toda la vida.
Si uno no ha sacrificado la idealización de la infancia, por ejemplo, y vivido un período de duelo para aceptar esa pérdida, permanece constantemente buscando protección y seguridad, sin estar preparado para el riesgo y el peligro del mundo externo.

Cuando una relación se rompe, uno intenta reemplazar la profunda pena del duelo con fantasías del retorno del compañero, y la vida empieza a estancarse. Incluso si el compañero persiste, las viejas expectativas tienen que sacrificarse si cada individuo quiere desarrollarse psicológicamente. Esto puede acarrear mucho descontento, sacudidas y pena y, otra vez, otro período de duelo.

La muerte y la pérdida al menos tienen un propósito: el de permitir la regeneración en la relación.

Una relación en la que no se entra en el proceso de confrontar viejas asunciones y en la que no se confronta la pena que todo esto conlleva, es una relación que está muerta.

La fuerza de la Diosa recae en la capacidad de entregar lo que es más precioso para asegurar el crecimiento y la regeneración; la transformación sólo puede tener lugar cuando las viejas actitudes y valores crean caminos para las nuevas.

La suya no es una fuerza fría y calculadora, que niegue las emociones; sino que, al contrario, es capaz de sentir las emociones más profundas y esto no restriñe su duelo.

Ëste es quizás el aspecto de la Diosa más dificil de comprender y de integrar ya que va en contra de nuestras enseñanzas culturales.

 El aspecto dinámico y activo de la naturaleza femenina que promueve el  cambio y la transformación hace balanza con el aspecto estático, el materno que, aunque promueve el crecimiento, es esencialmente protector y conservador.

Ambos son importantes también en el desarrollo psicológico. Los dos tienen que ser conscientemente integrados si una mujer quiere estar abierta a unas posibilidades sanas en unas circunstancias concretas.

Cúando proteger y nutrir? Cúando dejar partir relaciones y actitudes?

 Tratar con cuestiones así requiere un intrincado equilibrio.

"La Prostituta Sagrada" .