Me comprometo a Ser Mujer

Mujeres: La “diosa” que sostiene el principio femenino que habitamos nos recuerda a cada instante reconocernos en el espejo de la luna, sus ciclos vitales, que gobierna las mareas de nuestro cuerpo y de nuestra psiquis.

Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.

Aceptar en un cálido abrazo nuestra naturaleza lunar es un acto de conciencia y es, sin lugar a dudas, muestra brújula y protección durante el camino.

Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.

La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.

Honrando la energía femenina

venerdì 5 febbraio 2016

Clarissa Pinkola Estés -


"La soledad es la mejor cura para el cansancio.


Durante la menstruación, la mujer vive mucho más cerca de su propio conocimiento que de costumbre; el espesor de la membrana que separa la mente inconsciente de la consciente se reduce considerablemente.


Los sentimientos, recuerdos o sensaciones que normalmente están bloqueados penetran más fácilmente en la conciencia.


Una mujer tiene que tener su “lugar femenino”, una cueva, un bosque, la orilla de un río etc..
El trastorno pre-menstrual traduce la necesidad insatisfecha de encontrar un momento para revitalizarse, renovarse, sumergiéndose en la psique.


Una mujer puede imaginar que se monta un bosque plegable, un refugio psíquico en el que pueda desconectarse unos instantes al día".

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