´Quién no se ha sentido alguna vez profundamente afectado por la vista de la luna llena elevándose sobre el mar? - afectado, esto es de un modo que no puede ser explicado simplemente por líneas estéticas. Aunque incluso si su emoción fuese debida simplemente a una combinación estética de luz y sombra el argumento aún permanecería.
Porque hay algo más en tal experiencia que el mero hecho objetivo material, hay también una experiencia subjetiva que en la vida de un hombre es quizás más importante y más poderosa que el conocimiento científico de la naturaleza de la luz de la luna.
Porque el ser humano sensible, con miles de años de evolución detrás suyo, puede ser afectado por la escena de modo que débiles recuerdos de noches antiguas despierten en él, capacitándolo, quizás, para actuar con una emoción que trascienda su pequeño mundo cotidiano.
El resultado puede ser un poema que no hubiese concebido a la luz del día, o a veces, dándole valor para entregarse a un medio-gestado amor cuya aceptación puede cambiar todo el curso de su vida.
Este aspecto interior o subjetivo de la experiencia no es ninguna tontería ni solamente superstición.
La ciencia material, es cierto, lo ha despreciado, pero sigue siendo un poderoso factor en la vida humana.
Realmente, el elemento descartado contiene este factor subjetivo o psíquico que constituye el espíritu.
El científico del siglo diecinueve, escéptico o agnóstico, negaba la existencia del espíritu.
No deja de ser sorprendente constatar cómo eliminaba como ajenas todas las evidencias de su presencia.
Pero los hombres en un estado de cultura más ingenuo no hacían tal distinción entre "hecho" objetivo y "superstición" subjetiva.
Percibían el factor subjetivo o psíquico como si fuese una parte del objeto. No realizaban que estos hechos añadidos formaban parte del observador, realmente no había diferencia entre objetivo y subjetivo.
Las cualidades que el objeto posee per se, y aquellas que se suponen existir en relación de su efecto en el observador, no se diferenciaban. El elemento subjetivo era proyectado dentro del objeto.
He decidido crear un espacio para que toda mujer se aventure y descienda hacia el encuentro y despertar de una nueva conciencia femenina.
Me comprometo a Ser Mujer
Mujeres: La “diosa” que sostiene el principio femenino que habitamos nos recuerda a cada instante reconocernos en el espejo de la luna, sus ciclos vitales, que gobierna las mareas de nuestro cuerpo y de nuestra psiquis.
Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.
Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.
La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.
Este flujo constante es el modo de peregrinaje que asume el femenino encarnado.
Aceptar en un cálido abrazo nuestra naturaleza lunar es un acto de conciencia y es, sin lugar a dudas, muestra brújula y protección durante el camino.
Cuando no acompañamos este movimiento permanente y nos detenemos en una resistencia temerosa restringiendo el fluir natural de la energía de nuestro ser, necesariamente tenemos que usar combustible para contrarrestar esta corriente de vida.
La desvitalisación, el agobio, la opacidad, el resecamiento de las ilusiones, la desesperanza, la tristeza... son los intrusos que invaden y socavan nuestra psiquis salvaje creadora y vivificante.
Honrando la energía femenina
lunedì 14 luglio 2014
Esther Harding
lunedì 7 luglio 2014
Madre Serpiente
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